Ha existido una gran discusión en el mundo periodístico sobre la delgada línea que separa lo público, lo privado y lo íntimo. Límite que la Internet, y es especial, las redes sociales, han reventado en mil pedazos.
A punta de correos electrónicos, ‘twitazos’, anotaciones en el ‘muro’ y mensajes en cadena, de verdad que ya literalmente no hay nada oculto entre cielo y tierra. Esto es, al parecer, que no existiese barrera para separar lo público de lo privado y de lo íntimo.
Límites, que desaparecen cuando la persona objeto de los comentarios es un personaje, cien por ciento, de la vida pública, como por ejemplo, un Gobernador. En este caso el de Córdoba.
Yo me imagino que cuando Alejandro Lyons Muskus salía, antes de ser elegido como Gobernador de Córdoba, a parrandear con sus amigos y la rumba terminaba en trifulca, este hecho no era ni siquiera merecedor de un comentario en Facebook. Pero ya como mandatario electo, estar involucrado en una pelea, y en una ‘caseta’ (llámesele también KZ), es toda una opípara noticia, más suculenta que un ‘pernil o pavo navideño’.
Ya Córdoba está demasiado estigmatizada por guerrillera, paramilitar, narcotráficante, corrupta y bacrinosa, para ahora ser los hazmerreír del país por las bebetas de Alejandro, El Baco.
Resulta, que La Bonga montó una caceta el pasado fin de semana con un conjunto vallenato. Como ustedes sabrán, los sahagunenses, el barrio más lejano de Valledupar, no pueden escuchar el soplo de un fuelle porque enseguida se enloquecen. Bueno, en la caceta estaba Alejandro y toda su cuadrilla. Bebían a raudales escocés 18 años. Cuando la parranda se estaba poniendo buena, se formó en el palco del electo mandatario tremenda muñequera.
Una pelea de sahagunenses es lo más normal en una caceta, lo que no es normal es ver a un Gobernador implicado en ella. Ya que uno cree que esta persona está investida de un comportamiento a prueba de escándalos callejeros.
A mí no me importa si el Gobernador se encierra en una pieza, se emborracha y pelea. Lo que sí me importa, periodísticamente, es que lo haga de manera pública, y que por ese comportamiento se lesione el respeto por la investidura de gobernante y el buen nombre de Córdoba.
Yo esperaba escribir esto en enero, pero creo que los cordobeses de bien deben ir preparándose para los escándalos de tipo, sórdidos y etílicos, que se van a venir desde el 2012 hasta el 31 de diciembre de 2015.
Por otra parte, quiero hacer una importante precisión, el whisky 18 años no da por levantar a trompadas a los demás, ni por encuerarse ni por gritar ni por dejar de dormir dos días seguidos ni por otras comportamientos. Eso tampoco lo da el agua helada ni el Gatorade. A no ser que en La Bonga ese día el Mote de Queso o el jugo de Corozo tuviera otro ‘ingrediente’ o sustancia, en fin, no sé, pero algo consumieron para portarse así.
Para concluir, la vida privada de cada quien, es su vida y nadie debe meterse en ella, a no ser que su comportamiento empiece a vulnerar los derechos de los demás. Pero la vida privada de un gobernante le atañe a todos sus gobernados, les guste o no. Por tal razón, su comportamiento, en especial en público, debe estar enmarcado dentro de la decencia y el respeto por los demás. Así sea por apariencia.
Y a todas estas, La Bonga es una Caseta o es la franquicia más importante de Montería en el mercado de los restaurantes de carnes en Colombia. Es un mero interrogante, simplemente.
Para que Conste. La alianza o unión temporal más estratégica y temible que se ha dado a la fecha en Córdoba es la de Alejandro... El Baco con Elder, el del perro Santi y Elber, el financista. Adrenalina en gel.
