Por Toño Sánchez Jr.
Cuando una persona decide irse a jugar a la ‘Liga’ de la delincuencia y el bandidaje, tiene sólo dos maneras de terminar sus días: preso o muerto. Porque en este mundo los criminales dirimen sus diferencias, tumbes o venganzas con el gatillo, son criminales y no tienen otra manera de actuar.
En cambio, en el mundo de la legalidad por lo general los días terminan: o de muerte natural, o de un cáncer, o de un infarto o, en el peor de los casos, en un nefasto accidente. En este mundo las diferencias las dirimen los juzgados y jueces de la República.
Pero hay personajes que se amparan en el oficio que desempeñan para llevar una doble vida. Una, aparentemente, en la legalidad y otra, semiclandestina, en el chantaje y la extorsión.
Al permitirse que el periodismo sea un mero oficio ha dado entrada a unos personajes que cogen esta labor para mimetizar sus verdaderos propósitos, que son el de la extorsión y el chantaje.
Uno condena toda forma de violencia, más aquella que acaba con la vida de un semejante, pero se sale de nuestras intenciones y deseos el controlar la violencia del mundo criminal. Los que allí ‘juegan’ saben cuáles son esas ‘reglas’, allí la justicia se toma por mano propia y allí el que la hace la paga.
El viernes pasado fue asesinado Clodomiro Castilla, de oficio periodista. Condenamos este asesinato como los mil 210 que van desde el primero de enero de 2008 a la fecha. Reprochable que el Estado colombiano no pueda proteger la vida de los cordobeses.
Pero con lo que no estoy de acuerdo es con que quieran ahora presentarnos a Clodomiro Castilla como el adalid del periodismo de la verdad y la honestidad. El único mártir del periodismo que reconozco es Don Guillermo Cano, y pongo la D de Don en mayúsculas, porque ese sí era un Maestro, Don y Señor del periodismo honesto en Colombia. Jamás lo conocí, pero sus escritos eran tan transparentes que uno podía ver su alma y corazón. No había necesidad de conocerlo personalmente, sus editoriales eran suficiente presentación. Debe estar revolviéndose en su tumba al saber que lo están igualando a semejante personaje del periodismo cordobés.
Que la memoria de los muertos hay que respetarla, creo que debería ser así cuando estamos al frente de quien haya sido una gran persona. Pero es inaceptable que ahora quieran mostrarnos a este periodista, profesional de la extorsión y el chantaje, como un ejemplo de vida periodística. Invito a todos los que hoy hablan de “San Clodomiro” a que escojan al azar tres de sus pasquines, que algunos llaman revista, que ni siquiera tenía ISSN, para que me digan si eso era periodismo.
Sí, dolorosa su muerte, como la de todos los 131 cordobeses que van este año, pero la tragedia de la muerte no nos puede llevar a decir que este era un periodista honesto. Lo reitero eso no justifica que hubiese sido asesinado, pero quien se mete a delinquir, lo más probable es que termine así.
Ante estas situaciones es que muchas veces uno está obligado a reflexionar. Aquí ha hecho carrera el periodismo de extorsión y chantaje. Todas las víctimas de Castilla fueron personas que no se dejaron extorsionar o que dejaron de pagarle la ‘vacuna’ mensual que le tenían en Gobernación y Alcaldías.
Hubo un Secretario de Salud Departamental que le daba 25 millones de pesos cada seis meses, dizque, para que dictara charlas sobre drogadicción. Pero el cuento era darle ese ‘dulce’ para que castilla no se metiera con él, y así fue, jamás dijo nada de esa Administración. Pero qué curiosidad en esa época fue cuando mataron a tres funcionarios del Plan de Atención Básica, PAB, y este adalid de la verdad no dijo absolutamente nada.
Después llegó otro Secretario de Salud y a este sí que se la montó con todo. Aquí le fue bien. Porque después de unas largas “negociaciones” le dieron una casa y 40 millones de pesos.
Después buscó a su gran ‘asesor’ (un ex Secretario de Salud Departamental) para que lo llevara a la oficina de un ex gobernador para cobrar 150 millones por no declarar ante la Corte Suprema de Justicia.
Y vean esta otra insólita situación. Castilla que era, según lo que dicen hoy, un adalid de la verdad jamás publicó nada de todas las irregularidades que se sucedieron en la Administración de Jaime Torralvo Suárez, el hombre que tiene el cipote título de haber democratizado el robo en Córdoba. Este Gobernador aplicó una máxima de él, según la cual cada quien tiene su precio.
Castilla, extorsionaba hasta por guardar silencio. Y, lo que es peor, hubo políticos, servidores públicos, gobernadores y alcaldes que le pagaban para que no los mencionara siquiera. Otros, le pagaban para que atacara a los contradictores. Por ejemplo, en sus últimos pasquines siempre escribió bien del Alcalde de Montería y de Nora García. Todo el mundo sabía que estos “sentimientos de aprecio” por alguien tenían su precio.
Había personas que le pagaban para atacar a empresarios, comerciantes y ganaderos.
Los fiscales, los jueces y los magistrados de Córdoba le tenían pavor a este personaje. Tan es así que una juez no se atrevió a confirmar un fallo de desacato, porque Castilla se le presentaba todas las tardes al despacho a amedrentarla. Mientras que la persona a la cual se le violó su honra y buen nombre quedó burlada.
Tres coroneles de la Policía Nacional fueron víctimas de Castilla y hasta el General Naranjo. Fui testigo de los mensajes de texto que el enviaba a alguno de los coroneles, creo que nadie de la ‘Oficina de Envigado’ se ha atrevido a mandarle un mensaje de esos a un Alto Oficial.
¿Por qué atacó a Marta Sáenz? Porque la Gobernadora no se dejó chantajear y no le siguió dando el PAB de 25 millones, a que lo acostumbró un ex Secretario de Salud.
¿Por qué atacó a William Salleg? Porque este no se dejó chantajear tampoco.
Por qué atacó a Pedro Ghisays, quien fue el que le pagó la rehabilitación en Cartagena, porque no se dejó chantajear.
¿Por qué atacó a los López Cabrales? Porque le suspendieron la ‘cuota’ a él y dos socios estratégicos que tenía.
Hubo otros a los que atacó, pero estas víctimas salieron corriendo a pagarle para que no se metiera más con ellos.
¿Este estilo de periodismo es el que hoy llaman los de la Flip y otras ong’s “adalid de la verdad”? Por favor más respeto con el periodismo serio de Córdoba. Yo entiendo que entidades como estas necesitan desgraciadamente de estos crímenes para seguir recibiendo dineros. Están como esas otras ong´s que viven de la violencia en Colombia y que no les conviene que la guerra se termine porque se les acaba ‘el chorro’ (de dinero, por supuesto). Lo reitero nuevamente, condenable y repudiable este asesinato y todos los que se han cometido en Córdoba, pero este sujeto tenía como oficio el periodismo y el chantaje. Era un delincuente del periodismo, lo usaba como mampara para delinquir.
Y para mostrarles cómo están de retorcidas las cosas aquí, otro hampón del periodismo, lo escribo porque tiene dos condenas por estafa en firme, casa por cárcel y una investigación por violación a un empleada doméstica, a todas estas no entiendo por qué no usa el brazalete del Inpec, dijo que los responsables del asesinato eran dirigentes políticos, empresarios y ganaderos. Nada más temerario e irrespetuoso para con las personas honestas de este Departamento.
Cómo estamos de mal, que aquí nuestro catón moral tiene la casa por cárcel por estafa, ni siquiera por injuria y calumnia, que es un delito casi inherente a la profesión del periodismo.
Ahora en las campañas políticas todos los aspirantes pagaron millones a estos delincuentes del periodismo, para que no hablaran mal de ellos.
Creo que toda la sociedad cordobesa es responsable por la situación de violencia que estamos viviendo, no por ser determinadores o coautores, es por nuestro silencio que ya parece cómplice.
Algo muy cierto era que Castilla tenía problemas serios de drogadicción. Si la justicia hubiese actuado con celeridad y sin temor a este personaje, lo hubiesen podido desintoxicar, pero como el Estado sólo se preocupa por las medidas policivas y no por tratar a los adictos se llega a estos extremos.
¿Un adicto qué empieza hacer en su casa? Coge las joyas y los electrodomésticos y los va a vender para seguir comprando droga. ¿Qué hacía Castilla? Extorsionar para conseguir dinero para su vicio, y le funcionaba.
Espero que la justicia encuentre a los responsables materiales e intelectuales de este crimen y de los otros que han sucedido en Córdoba. Y también espero que ante esta tragedia, como lo es la muerte, la sociedad recupere su capacidad de reproche, para condenar esta manera hamponezca de hacer periodismo.
Por último, no habla bien de un periodista que ha sido recluido varias veces en una cárcel, por supuesto que esto no es razón para asesinar a una persona, pero un periodista al menos debe tener una conducta decente.
- Marzo 15 de 1990: Por el delito de tráfico de estupefacientes. *
- Noviembre 7 de 1990: Por el delito de tráfico de moneda falsa. *
- Julio 26 de 1993: Por el delito de tráfico de estupefacientes. *
- Enero 7 de 1996: Por el delito de ultraje. *
- Mayo 1 de 1996: Por el delito de hurto. *
- Abril 16 de 1997: Por el delito de hurto calificado. *
Investigaciones penales que actualmente se adelantaban en contra de Clodomiro Castilla (Aclaro que esto no constituye antecedente alguno).
- Diciembre 16 de 2002: lesiones personales, Fiscalía 23 Local de Montería.
- Julio 28 de 2004: Calumnia, Fiscalía Primera de Vida Montería.
- Diciembre 27 de 2006: Violencia Intrafamiliar, Fiscalía 24 Local Montería.
- Enero 12 de 2007: Injuria, Fiscalía Segunda de Vida Montería.
- Febrero 16 de 2007: Injuria y Calumnia: Fiscalía Segunda Especializada.
* Un noticiero nacional de televisión dijo que estos antecedentes eran mentira y no estaban confirmados. Cito el documento No 308 – EPCMON – DIR, dirigido por Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario – INPEC, al funcionario de la SIJIN DECOR, José Gregorio Ortega Rojas, el 11 de julio de 2007 y suscrito por Manuel Cordero Bedoya del INPEC.
