NOTA DE LA REDACCIÓN:
Esta columna fue escrita el sábado 27 de octubre de 2009, un día antes de las elecciones. La ‘resucito’ para darle más contexto a los visitantes de este Blog, que van a tener la oportunidad de leer, para este sábado 23 de mayo de 2009: CARTA ABIERTA AL ALCALDE DE MONTERÍA.
Por Toño Sánchez Jr.
Nuevamente una campaña electoral dejó lo mismo que hace cuatro años: mucha basura, ciudades enteras sucias de publicidad política. Y también más insultos y ataques de los que vimos y oímos hace cuatro años. Fueron campañas que se cimentaron en el odio, desprecio e irrespeto por el contrario. Se encaminaron a las agresiones personales, vulgaridades e insultos. Claro está que no todas trabajaron así, pero el común denominador de estas contiendas electorales fueron las embestidas personales.
Cuándo será que esos estudiosos y profesionales ‘asesores’ de imagen y publicidad de Córdoba, los que en cada elección ponen en práctica sus nuevos conocimientos, aprenderán que no hay nada que una más a un grupo de personas que el dolor. La gente tiende a solidarizarse con la persona que sufre una tragedia, así no sea su amiga. El mismo sentimiento lo despierta en su favor la persona que es blanco de injustos e infames ataques.
Ejemplos hay muchos, éste por citar uno no más: para mediados de los 80 era inminente la caída de Augusto Pinochet, en Chile. Pero sobrevino un terremoto que destruyó a gran parte de Santiago. El pueblo chileno se unió en el dolor y dejó quieto al cruel dictador por 10 años más.
A nosotros, los de la Costa Caribe, nos mueven más los sentimientos de la gratitud, el respeto y la consideración que de otro tipo. Es por esto, que extrañó ver campañas que pagaban insultantes avisos de prensa y radio para atacar a su contrincante. Esto jamás debe volver a pasar. Creo que aquí está la enseñanza más grande para el periodismo serio de Montería, en el sentido de establecer, para épocas electorales, unos códigos de ética para evitar convertirse en ‘caja de resonancia de agravios’ de los aspirantes. Ya que publicidad de ese tipo no le deja nada bueno a la sociedad.
El lunes 29 de octubre hay que salir a trabajar común y corriente. Hay que madrugar y arreglar a nuestros hijos para el colegio. Todo seguirá su curso normal. Pero para muchas personas empezará un calvario, ya que ese día amanecerán con más enemigos y detractores. Todo por una mísera campaña política, que en vez de dejar admiración por la altura de los aspirantes y de sus discursos, dejará más resentimiento y odio.
Pero todo lo malo que se vio, no compromete solamente a las campañas políticas, sino al periodismo. Lo más degradante estuvo allí. Muchos programadores radiales se embarcaron en ciertas campañas con tal virulencia, por lo general pagados por un aspirante, creyendo equivocadamente que ellos después del 28 de octubre van a ser los cogobernadores, coalcaldes, codiputados o coconcejales. No se dan cuenta que los interesados, los políticos que les dan el cebo para que se enloquezcan, cuando son elegidos les patean lo que sabemos. Entonces se van lanza en ristre contra sus antiguos amos, pero ya es demasiado tarde, porque éstos ya están elegidos. A los tres años los aspirantes los buscan otra vez, y por unos cuantos billetes de 20 mil pesos, nuevamente los compran.
La otra lección debe ser para los electores. Para que hacia futuro no asistan a debates o manifestaciones donde el tema sea el insulto y el agravio contra el opositor. Son innumerables los problemas de Córdoba, para ser ellos partícipes de peleas personales. Cuando un candidato hace eso, quiere decir que no los respeta ni va hacer nada por su barrio o región.
Por otra parte, los que somos fervientes seguidores de lo que llaman democracia, no podemos darnos el gusto de no salir a votar, así todos los aspirantes sean malos. Para eso hay un voto llamado “en blanco”, muchos dicen que en Colombia no sirve para nada, como muchísimas otras cosas en este país, pero es la manera respetuosa de manifestar nuestra inconformidad.
Para la Gobernación de Córdoba he decidido votar por Marta Sáenz Correa, primero porque me une a ella una gran amistad; segundo, porque quiero comprobar, para bien de Córdoba, que estudiar y tener un poco de postgrados encima valen la pena y corrigen el rumbo de un Departamento. Aprovecho para precisar que esa amistad no será óbice para escudriñar y escribir de su Administración (si se da el caso de ser ganadora). Además, que no hay nada más placentero que un amigo respete, sobretodo la responsabilidad de una profesión u oficio como la del periodismo.
Con respecto a la Alcaldía de Montería, creo que se va a repetir lo de hace cuatro años, que ‘tocará’ votar por el menos malo. Tengo el más grande respeto por todos los actuales aspirantes al primer cargo del municipio de Montería, pero en mi criterio, ninguno tiene los méritos para llegar a ser Alcalde (para evitarnos malinterpretaciones, ver cómo define la Vigésima Primera Edición del Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española la palabra ‘mérito’). Pero en esto de debates electorales la democracia no dice textualmente que los ‘meritos’ se cuentan en las elecciones, nos ha enseñado que son los votos los que se cuentan. Y con méritos o no, mañana uno de ellos va a ganar. Se han conocido casos de malos aspirantes que han terminado siendo buenos gobernantes, espero que por el bien de los monterianos, esto ocurra en esta capital. Mi voto será, como hace cuatro años, en blanco.
Para el Concejo hay que respaldar a todos los nuevos aspirantes, a los que buscan llegar por primera vez, entre esos podemos destacar a Edgardo Miguel Espitia Cabrales, Juan José González Jiménez, Luis Armando Cabarcas y XCXCXC, este último es un desmovilizado que busca una oportunidad de demostrar que con votos es mejor enfrentar al Estado que con un fusil.
Llegamos a los aspirantes a la Asamblea Departamental. Reconozco que con estos honorables servidores públicos pasa lo mismo que con los concejales, sólo sirven para darle atribuciones al gobernante de turno y negociar el presupuesto anual. Pero aquí hay un diputado que se metió de lleno en el proceso de paz con las Autodefensas, y es un doliente de la desmovilización, José Francisco García Calume. Por él votaré, para que siga liderando, desde allí, proyectos y oportunidades para los ex combatientes, aquellos que cambiaron el fusil por la vida legal, pero que están a la espera de oportunidades del Gobierno y de esta egoísta y excluyente sociedad cordobesa.
Por último, a todos aquellos que ganen mañana, por favor, por una vez en su vida política, piensen primero en la gente de los estratos uno y dos, por estos cuatro años. Créanme que Dios, a cambio les arreglará su turbia y pecaminosa vida política pasada.
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Qué dejaron estas elecciones y por quién votar
Publicado por
Toño Sánchez Jr.