Por Toño Sánchez Jr.
Qué situación más extraña, cada vez que estalla un escándalo en la Universidad de Córdoba se reactivan las amenazas de muerte en contra del rector de esta institución. Quien, según él mismo, ha recibido llamadas en donde le informan la hora y el sitio donde se hará el atentado. Razón por la cual, ha tenido que salir de la universidad apertrechado entre decenas de escudos antibalas que portan miembros de la Policía Nacional, que hacen recordar la llegada de David Murcia a las audiencias públicas que le seguían en Bogotá.
Quién estará amenazando de muerte a este abnegado servidor público, que hace unas semanas atrás, manifestó, pomposamente, que en la Universidad de Córdoba reinaba un clima de paz y que allí no había ni paramilitares ni guerrilla, que eso hacía parte del pasado.
Por otra parte, con la arremetida que tienen las autoridades en contra de las nuevas Bandas Emergentes, no creo que los integrantes de estas tengan tiempo para interesarse por una universidad que ya tiene agotado su presupuesto y que va camino a la quiebra.
De todas maneras, hay que exhortar a la Policía y al DAS para que le brinde al rector toda la seguridad necesaria para salvaguardar su vida. Las autoridades legalmente constituidas deben ‘rodearlo’ para protegerlo en su integridad… y también para que no se vaya a llevar a la Universidad, en compañía de sus ‘socios’.
En Córdoba se está poniendo de moda la estrategia de ‘victimizarse’, para así convertir, a las verdaderas víctimas, en victimarios. Perversa maniobra que le ha dado resultado a muchos servidores públicos y alcaldes en esta ciudad, quienes no están administrando de manera transparente y honesta los recursos del Estado.
El verdadero problema de Córdoba no son ni ‘Los Urabeños’ ni ‘Los Paisas’, ni los de la ‘Oficina’ ni ‘Los Rastrojos’ ni los de ‘Valenciano’, es la corrupción. La mayoría de los integrantes de estas bandas está en el monte escondida o huyendo del acoso institucional, pero en las calles del centro de los municipios de Córdoba se pavonean todos los días y a todas horas la corrupción y los corruptos. Y nadie dice nada. Porque la moda es que el servidor público robe y reparta, para ser considerado bueno.
Reitero, las autoridades están en la obligación de proteger a este ciudadano [el rector de la U. de Córdoba] que ha denunciado amenazas contra su vida, pero esas mismas autoridades están en la obligación de aclarar la serie de presuntas irregularidades que se vienen denunciando al interior de esta institución oficial.
Muy respetuosamente, yo le pregunto públicamente al rector de la Universidad de Córdoba lo siguiente:
Por qué engavetó el fallo del Consejo de Estado que le daba la autoridad para no pagar millonarias pensiones y prestaciones. Por qué prefirió ignorarlo, claro está, con el beneplácito de los miembros del Consejo Superior. Quién responde por el detrimento patrimonial en contra de la Universidad.
Por qué su afán en buscar “magistrados amigos” que lo ayuden a que la Corte Constitucional seleccione la tutela que llevó a Jorge Guerrero al Consejo Superior de la Universidad, para que estos la revisen y la tumben. Funcionarios conocedores de lo que está en juego aseguran que el “pago por el favor” se hará a través de un millonario contrato; como es de suponer por medio de terceros, o mejor, testaferros. Será que Jorge Guerrero no se presta para lo que usted necesita de la mayoría de los ‘honorables’ consejeros.
No sé si los estudiantes y trabajadores saben que el Consejo Superior y el rector se inventaron una empresa para que particulares se lucren de la Universidad. El 21 de abril de 2010, por medio de Documento Privado No 0000001 se constituyó la AGENCIA DE COOPERACIÓN UNIVERSITARIA PARA EL DESARROLLO S.A.S. Que se registró en Cámara de Comercio el día 28 de abril de 2010, bajo el No 00022739 del Libro IX, constituyéndose en Persona Jurídica. El capital autorizado es de 500 millones de pesos, de los cuales ya la Universidad puso 300 millones de pesos y los 200 millones restantes los pone “el sector privado”. Pero ¿cuál “sector privado”?, no se sabe. Los autores intelectuales de la Agencia se “cranearon” unos estatutos que les permitió montar lo que va ser uno de los ‘amarra vaca’ más memorables de Córdoba. La Junta Directiva Principal está integrada por:
Primer Renglón: Emiro de Jesús Madera Reyes
Segundo Renglón: Carlos Alberto Frasser Arrieta
Tercer Renglón: Jesús María López Peña
Cuarto Renglón: Carlos Eduardo Correa Scaf
Quinto Renglón: Diego Felipe Hernández Sanabria
Los suplentes de estos anteriores cinco son en su orden:
Antony Guillermo Reyes Portillo
Ramiro Nassif
Oscar Antonio Petro Rodríguez
Eduardo Antonio Correa Salleg
Camilo Sepúlveda Delgado
Director Ejecutivo y Representante Legal: Antony Guillermo Reyes Portillo.
El suplente del Director Ejecutivo: Carlos Alberto Frasser Arrieta.
Revisor Fiscal: Miguel Cano Sarmiento.
Entre las funciones de estos señores estará la de “ejercer la facultad nominadora dentro de la empresa, diseñar la planta de personal, proponer a la junta las políticas de personal y estructura salarial de la compañía”. Así, como “nombrar y remover libremente el personal de la sociedad…”.
Saltan muchos interrogantes, entre los que podemos mencionar:
¿Quiénes son los socios del sector privado?
¿Bajo qué criterios se escogieron?
¿Ya estos socios del sector privado pusieron el 40% de las acciones restantes?
¿Quiénes compraron?
¿Bajo qué criterios se escogió la Junta Directiva?
¿Por qué un miembro del Consejo Superior no tuvo asiento en esa Junta?
Por otra parte, desde hace más de una semana están en huelga y hasta durmiendo en las instalaciones del edificio administrativo de la Universidad 19 trabajadores que cotizaron para pensión y hoy aparecen como si no lo hubiesen hecho nunca. Muy a pesar de que todos los meses descontaban de su salario el dinero correspondiente. ¿Por qué tan callado con este tema, rector?
Y también ¿por qué tan callado Robinsón Hostein?, ex flamante director del sindicato, quien sabía de estas irregularidades. Y, que dicho sea de paso, muchos veteranos trabajadores de la Universidad aseguran que aún le faltan más de 5 años para pensionarse, pero se coló entre los pensionados. A todo esto el rector no dice nada, tal vez, porque necesita de ‘socios silenciosos’.
Rector: ¿Cuándo va a rendir cuentas de la fiesta que hicieron para recolectar fondos del llamado Plan Padrino? ¿Por qué ha guardado por tanto tiempo ese dinero en su oficina?
Rector: ¿Por qué desvió los recursos de Bienestar Universitario para otras actividades?
Rector: ¿Por qué no compra reactivos para las facultades que los necesitan?
Rector: ¿Por qué se detuvieron las obras de la construcción de nuevas aulas? ¿De quién es el contrato?
Rector: ¿Por qué paga por un viaje de la Universidad al Aeropuerto Los Garzones un millón seiscientos mil pesos!!!? ¿Qué le brindaron o suministraron a los estudiantes en ese corto y millonario recorrido? ¿Quién se está rebuscando con los contratos de transporte en la Universidad? ¿Hay algún programa de conducción en la universidad que los cordobeses aún no conocen?
Rector: ¿En qué van los inventos de programas en el Sur de Bolívar y La Mojana?
Rector: ¿Por qué la oficina de la AGENCIA DE COOPERACIÓN UNIVERSITARIA PARA EL DESARROLLO S.A.S funciona en las mismas dependencias en donde estaba la oficina del abogado Carlos Frasser?
Por último, hay que preguntar a los ‘honorables’ miembros del Consejo Superior Universitario por qué expidieron el Acuerdo 103 de 17 de noviembre de 2010, mediante el cual se establece un nuevo método de designación de decano de facultad.
Será para elegirlos a dedo y hacerlos decanos de bolsillo? ¿Para que cada ‘honorable’ consejero tenga su cuota? ¿Hasta dónde van a llegar ustedes?
Qué vergüenza, que en pleno Siglo XXI, la palabra decencia esté proscrita de una universidad.
Rector y ‘honorables’ consejeros, son solo interrogantes, más no sindicaciones.
Interrogantes que a los estudiantes y trabajadores honestos, que son muchos, de la Universidad de Córdoba les interesa conocer la respuesta que ustedes tienen a ellos.
No se le olvide, rector, que la Universidad de Córdoba es de los cordobeses, y en especial, de aquellos del estrato uno y dos; tal vez, hasta unos del tres.
Esa Universidad no es suya ni de sus ‘socios’.