Reflexiones sobre algunos escritos

“No es más rico y feliz el que más tiene, sino quien menos necesita”.

Refrán de una provincia Argentina


Para este artículo me va a tocar hacer algo que no me agrada y es escribir en algunos apartes en primera persona.

Hay cordobeses que les cuesta creer que existen mujeres fieles y honestas. Que también existen hombres correctos y honrados. Que hay personas que aman más las pequeñas cosas de la vida que el dinero. Que hay buenos seres humanos, a pesar de tener defectos como cualquier otro.

Yo creo que muchísimos cordobeses están equivocados al creer que el periodista y el periodismo tiene y debe estar subordinado al poder público, llámese legislativo, judicial o ejecutivo. Yo quisiera conocer la primera universidad en el mundo que tenga esa cátedra, no para ir, sino para coger un cigüeñal y amarrárselo a esta profesión y tirarla al fondo del mar. Lo que sí he aprendido siempre, es que entre el periodismo y el poder público TIENE y DEBE que existir una distancia natural. Que haya medios de comunicación y periodistas que terminen negociando esa ‘frontera’ con el gobernante de turno, eso es otra cosa, que va en contravía del verdadero periodismo. Y no nos debe de extrañar, ya que conocemos de Ong’s que viven de la sangre y muerte de los colombianos. Como también conozco de familias que viven de cobrar a los colombianos la muerte de sus parientes, como si en Colombia existieran castigos irredimibles.

“Desde sus orígenes en los mercados de la antigua Grecia hasta las tabernas de la Norteamérica colonial, el periodismo siempre ha sido un foro público de discusión”. Según la Hutchins Commission esa es la segunda obligación esencial del periodismo. La primera es la de decir la verdad. “Los grandes medios de comunicación de masas deberían considerarse a sí mismos como vehículos de discusión pública”.

En Córdoba, pero especialmente en Montería, hizo carrera la ‘consigna’ de que el periodismo tiene que estar arrodillado al Gobernador o Alcalde de turno. A esos oyentes, lectores, televidentes o cibernautas no les cae bien oír, leer o ver cualquier comentario que vaya en contra del mandatario de sus afectos. Malestar que se convierte en odio cuando ese receptor hace parte de la contratación estatal, departamental o municipal.

En Córdoba no han dejado crecer un verdadero periodismo crítico ni ha sido aceptado. Y tal vez los mayores responsables de que así sea somos los mismos periodistas. Muchos se han dado a la tarea de convertir la pauta publicitaria en un arma de extorsión y ya eso es delinquir, más no periodismo. Otros tantos se han dedicado a responsabilizar a los políticos y gobernantes de sus bajos ingresos (¡!). Cuando esto no es cierto. Con este criterio, entonces, unos policías podrían asaltarse un banco, usando sus armas de dotación, porque tienen un bajo sueldo.

El problema se agrava cuando alguien trata de ejercer un verdadero periodismo de opinión, crítico e interpretativo. Ya que es considerado un bandido, debido a que los mismos políticos y gobernantes echan a correr el rumor de que el periodista está criticando porque no lo han ‘aceitado’. Perverso rumor que los amigos del mandatario de turno se encargan de que circule pronto. Y no hay nada que corra más rápido y guste a la gente que un cuento que destruya a los demás.

En Montería hace falta un verdadero periodismo crítico, como también columnistas que defiendan a los gobernantes en ejercicio, para que se den foros públicos que permitan a los ciudadanos conocer las diferentes percepciones de se exponen.

Aquí la crítica la combaten con la descalificación y con ataques personales, con el fin de desacreditar al periodista que la haga. Luego pasan a las amenazas de muerte. Creen que con esta actitud borran la veracidad de la crítica.

Quiero decir hoy en este Blog hacer pública una situación, que de no haberse presentado tantas amenazas, la hubiese mantenido en reserva. El Alcalde de Montería me envió razones a través de de un amigo en común. Traigo esto a colación para retar al Alcalde a que salga a desmentir si mi respuesta no fue la siguiente, palabras más palabras menos: Inicié mi contestación con las mismas palabras con las que inicia este artículo. Luego agregué que mis críticas no eran personales sino netamente programáticas, en el sentido que atacaba su falta de atención a los estratos 1 y 2 de Montería. Le mandé a decir que cuando viera un verdadero trabajo por los pobres de esta ciudad no escatimaría en elogios para con su Administración en mi programa radial y en mis escritos. Que ese era mi precio. Invito al Alcalde a que salga públicamente y diga si miento en lo que acabo de escribir.

Y también lo reto, muy respetuosamente, a que diga si alguna vez me he acercado a él o amigo suyo con el ánimo de “pedirle” algo, lo que sea, pero ‘algo’. Jamás lo he hecho ni lo haré. A Dios Gracias mi Dios nunca ha sido el dinero.

Aquí quiero precisar que en el pasado he contratado muchas veces con la Gobernación y alcaldías del Departamento. Con la Alcaldía de Montería, NUNCA. Pero en el 2004, desde el 15 de enero hasta el 15 de enero de 2005, fui Jefe de Prensa del Alcalde León Fidel Ojeda Moreno.

Ninguna amenaza me va hacer cambiar las convicciones que tengo del periodismo crítico. Además, que desde 1997 he ejercido este estilo de periodismo. Mis escritos pueden dar fe de ello. También existen mis libros, en especial ‘Que Conste’, en donde están todas las columnas de opinión mías, hasta el año 2005.

Hago el anterior comentario para dejar en claro que no soy un ‘paracaidista’ de la crítica. Es más, con el ex alcalde Luis Jiménez Espitia fui más duro. Y hasta hoy lo reconozco, que fue muy respetuoso conmigo a pesar de mis críticas.

El Alcalde de Montería quiere pasar a la historia como el mejor mandatario de los monterianos, pero no ha podido entender que eso lo establecen sus gobernados y no los medios de comunicación.

Hasta la fecha este Alcalde (lleva un año y medio de mandato) ha contratado más de 300 millones de pesos en publicidad con un solo medio de comunicación. Eso no lo critico. Lo que cuestiono es que quiera obligarnos a creer que sólo lo que allí se publica de su Administración es lo real, cuando la verdad verdadera de nuestra ciudad es otra… pobreza absoluta. Por supuesto que él no es el culpable de la miseria de los monterianos, pero es el Alcalde de los monterianos.

Yo le pregunto al ex gobernador Jorge Manzur Jattin, quien tuvo la deferencia de hacer correr un correo electrónico descalificando mis escritos, si es correcto invertir en una calle 401 millones de pesos para tomar ron. Y 288 millones de pesos, para la misma calle, en unas luces (¡!) que van a traer de Alemania (El Convenio fue firmado por ese valor con Electricaribe). Cuando a 10 minutos de allí hay barrios que ni siquiera tienen acueducto y ni una letrina.

Este personaje (Manzur Jattin) hay que recordarle que le va más bien paseando en el avión del presidente Uribe y disfrutando de un ‘vuelto’, en dólares, que le dejaron unos suecos hace unos años, que metiéndose en donde no debe. Ex gobernador Manzur, quédese quieto en primera base, así se le vaya la bola al catcher. No intente otro robo a segunda. Yo acepto recriminaciones éticas y morales del padre Sebá, del padre Gumercindo, de Javier Darío Restrepo, de Juan Manuel Ruíz. Pero en mi largo listado no aparece ningún Manzur.

Para concluir quiero decir que el verdadero periodismo siempre termina convirtiéndose en “un baluarte de la libertad”.

“Para los periodistas de hoy, el papel de control y vigilancia continúa siendo esencial en su trabajo. Nueve de cada diez periodistas creen que la prensa evita que los líderes políticos hagan cosas que no deben hacer“.

Este Departamento necesita de un periodismo cada vez más interpretativo y opinativo, pero serio y activo.

“En el siglo XXI, la prensa debe ejercer su vigilancia no sólo sobre el Gobierno, sino sobre el mundo empresarial, el ámbito cada vez mayor de las actividades sin ánimo de lucro, y el foro de debate cada vez más amplio creado por las nuevas tecnologías” .

Invito a todos los seguidores del Alcalde de Montería a que abran un Blog o arrienden un espacio en una emisora y salgan, con argumentos serios, a defender esta Administración, que en mi opinión desprecia a los pobres de esta ciudad. Les recuerdo que el periodismo es un oficio, por lo cual cualquiera puede desempeñarlo. Esto es, que no tienen ninguna restricción y estamos a mano.

Y aunque a muchos les cueste aceptarlo, por no decir otra cosa, existen cordobeses y monterianos que no tienen precio.

“Los pobres suelen ser silenciosos. La pobreza no llora, la pobreza no tiene voz. La pobreza sufre, pero sufre en silencio. La pobreza no se rebela. Encontrareis situaciones de rebeldía sólo cuando la gente pobre alberga alguna esperanza” .

Mientras ejerza esta profesión no permitiré que alcaldes o gobernadores en Córdoba vivan del silencio de nuestros pobres paisanos.

1 Bill Kovach y Tom Rosenstiel, Los elementos del periodismo, 2003, p. 185
2 Ibid., p. 185
3 Ibid., p. 157
4 Ibid., p. 178
5 Ryszard Kapuscinski, Los cínicos no sirven para este oficio, 2ª edición 2006, p. 41