A la entrada ni siquiera hay una valla, como lo autoriza la ley, en donde se informe sobre las características de la construcción, plazo, valor, responsable de la misma y curador que dio el permiso o licencia.
Se podría decir, por todo el misterio que encierra esta obra, que estamos ante una construcción clandestina.
Y nadie entiende el comportamiento, si se quiere cómplice, del Contralor Departamental, Felipe Pérez, ante estos hechos. Él, que tiene una debilidad impresionante por 'vigilar' los recursos que se recaudan por concepto de la Estampilla Pro Universidad de Córdoba, no tiene la misma diligencia para vigilar los dineros de la Estampilla Pro Ancianato. Debería hacerlo, aún más cuando su hijo aspira al concejo de Montería.